Todo el mundo quiere tener éxito. El fracaso es un asunto difícil y puede ser agotador tanto emocionalmente como profesionalmente, pero el fracaso también es una oportunidad para aprender de tu experiencia y mejorar de ahí en adelante. Cuando aprendiste a montar en bicicleta, una vez que te quitaste las ruedas de aprendizaje, te caíste unas cuantas veces hasta poder mantener el equilibrio, ¿no es así? E incluso cuando creías que eras un ciclista experto, seguías dando vueltas sobre el manillar cuando te topabas con un bache, ¿verdad? Pero, al menos para la mayoría de nosotros, eso no significaba aparcar la bicicleta en el garaje para siempre. Significaba volver a subirte e intentarlo de nuevo.

Intenta hacer negocios y ventas de la misma manera en que montabas en bicicleta. Cuando te caes, ganas una valiosa experiencia que te puede ayudar a evitar el siguiente bache.

Primero veamos algunas de las razones más comunes por las que fallamos:

Tus objetivos eran inalcanzables

Cuando estamos entusiasmados con un trabajo en particular, es fácil establecer objetivos demasiado altos. Quieres ir a por el oro desde el principio y eso puede resultar contraproducente. Si tienes metas inalcanzables desde el comienzo, puedes decepcionarte fácilmente. Es más importante establecer metas de las que puedas hacerte responsable, pero estas metas deben ser físicamente posibles y al menos un poco exigentes.

Tus objetivos eran demasiado bajos

Cuando fijas metas tan bajas que SABES que puedes alcanzarlas con poco esfuerzo, es fácil acomodarte en tu éxito y evitar hacer un esfuerzo mayor para alcanzar otros objetivos más altos. Por ejemplo, si quieres vender 85,000 euros en servicios en un año y tratas de alcanzar al menos 4.500 euros al mes, nunca alcanzarás tu objetivo total. Tus metas deben estar al mismo nivel que tu objetivo final.

No estabas preparado

Es obvio que si entras en una reunión de ventas sin estudiar al cliente probablemente no vas a hacer la venta. Sin embargo, aunque sabemos la importancia de la preparación, a veces no estamos tan preparados como deberíamos. El tiempo se nos escapa y lo que acabamos presentando no es nuestro mejor trabajo o no está bien adaptado al cliente. Con suerte, si esto te pasa, puedes usarlo como una experiencia de aprendizaje y no solo descartar el error.

Por tanto, cuando uno de estos problemas te hace fracasar, ¿qué debes hacer? En primer lugar, asumir la responsabilidad. Ser responsable de tus acciones, problemas y fracasos es el primer paso para resolver el problema en el futuro. No te olvides del fracaso y avances hacia el siguiente objetivo: reconoce lo que salió mal y ajusta tu plan de futuro en consecuencia. Pregúntate qué salió mal y por qué. ¿Cómo podrías haberlo hecho mejor? ¿Qué necesitabas hacer para que esto fuera un éxito? Y, tal vez lo más importante, crea un plan para tener más éxito la próxima vez.

Si continúas luchando por tu negocio o ventas, un asesor de crecimiento puede ayudarte. Contacta con nosotros y pide información sin compromiso.

Fuente: https://www.thegrowthcoach.com/why-business-is-like-riding-a-bike